Hasta la finca "El Alamillo" en tierras abulenses donde pastan "los torrestrellas" de Antonio San Román me desplace la primavera pasada y pude comprobar de primera mano la belleza de la vacada que allí se cría.
Encuentro a Santi, el joven ganadero, trabajando al pie de cañón con las botas sucias de barro, en un día de viento gélido típico de estos pagos. Lejos de la imagen del ganadero "señorito" que se encuentra en el ideario de muchos aficionados.
Los animales que componen la camada de este año, responden al prototipo de su origen, con el aliciente de su variedad de capas, todo un reto la descripción de algunos de los animales.
Agradecer a Santi el ganadero que me abriese las puertas de su casa en un día de tanto trabajo en la finca.
La camada de toros de 2016
Los novillos, algunos con cuajo de toro, pese a lo temprano de las fechas
Este castaño será la vedette de los cercados el año que viene
Tres burracos cada uno con su matiz
Los sementales como no puede ser menos, serios y variopintos
Las hembras, todo un despliegue de color
Durante mi visita hubo movimiento de ganado para apartar unos toros y desparasitar los novillos que dejaron fotografías tan camperas como estas.
Ya tendrían que ver muchos ecologistas el papel que este tipo de ganaderías tienen en la conservación de muchas especies protegidas como los buitres y águilas por ejemplo. Fdo: asiduo visitante de campo Azalvaro
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