Muchas veces, cuando hablamos de determinados encastes, solemos hacerlo de sólo unas pocas ganaderías, olvidando otras que atesoran esa casta, bien porque se prodigan poco en las grandes ferias, o porque no atraviesan un buen momento. Todas estas circustancias acaban por limita las posibilidades de muchos hierros.
Los atanasios de Couto de Fornilhos, que dividen su vida entre España y Portugal, pues se crian en el Alentejo portugués donde pastan las madres, para después viajar a la sierra sevillana donde esperarán su destino, son un ejemplo.
Crucificados por una mala corrida en San Isidro, se pusieron manos a la obra, para eliminar el genio defensivo y las complicaciones que mostró la corrida. Poco a poco , los resultados se van viendo en las tientas, y en los machos lidiados en festejos menores y de menor responsabilidad.
Los hermosos toros que se pueden ver en este reportaje, acabaron en us mayoría en las calles, destacando los que se corrieron en Onda, Castellón , junto a otros del hierro de Santa Teresa.
Agradecer al Ganadero Pablo Hernandez y a su mayoral Santiago su amabilidad al realizar el reportaje.
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